Un emocionante proyecto agrícola ha florecido en el Liceo Francisco Napolitano, donde los estudiantes de tercero y cuarto medio se embarcaron en la tarea de cosechar lechugas y betarragas. Bajo la atenta mirada de sus profesores, los jóvenes se sumergieron en el fascinante mundo de la agricultura, aplicando conocimientos teóricos en un entorno práctico. Esta iniciativa no solo les permitió comprender el ciclo de vida de las plantas, sino que también les brindó una valiosa experiencia sobre la siembra, el crecimiento y la recolección de alimentos. La cosecha, celebrada con gran entusiasmo, marca la culminación de un proceso de aprendizaje colaborativo y sostenible que conecta a los estudiantes con la naturaleza y con la importancia de la producción local de alimentos.
El éxito de este cultivo se debe a un meticuloso monitoreo de variables clave para la salud de las hortalizas. Los estudiantes aprendieron a gestionar el riego, un factor crítico que debe ajustarse a las necesidades específicas de cada planta para evitar el exceso o la escasez de agua. También se familiarizaron con el control de plagas, utilizando métodos sostenibles para proteger sus cultivos sin dañar el medio ambiente. En particular, la cosecha de la betarraga, o remolacha, requirió una evaluación cuidadosa del tamaño y la madurez de la raíz, mientras que para las lechugas, el punto óptimo de recolección se determinó observando la firmeza y el color de sus hojas. Este proyecto refuerza la idea de que la agricultura, más allá de ser una actividad productiva, es un proceso que exige observación, paciencia y un profundo respeto por los ciclos naturales.
El éxito de este cultivo se debe a un meticuloso monitoreo de variables clave para la salud de las hortalizas. Los estudiantes aprendieron a gestionar el riego, un factor crítico que debe ajustarse a las necesidades específicas de cada planta para evitar el exceso o la escasez de agua. También se familiarizaron con el control de plagas, utilizando métodos sostenibles para proteger sus cultivos sin dañar el medio ambiente. En particular, la cosecha de la betarraga, o remolacha, requirió una evaluación cuidadosa del tamaño y la madurez de la raíz, mientras que para las lechugas, el punto óptimo de recolección se determinó observando la firmeza y el color de sus hojas. Este proyecto refuerza la idea de que la agricultura, más allá de ser una actividad productiva, es un proceso que exige observación, paciencia y un profundo respeto por los ciclos naturales.
@liceonapolitanoarica Cosecha de Lechugas ?
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